un planeta sin igual,
gira alrededor de un ciego
y promesas de cristal.
Un sol ciego que es tan falso
como el pequeño manual
que las mantiene girando
en monótono ritual.
Alrededor del planeta
siempre ha sido muy usual
que las estrellas pronuncien
espejismos de maizal.
Espejismos que propagan
el humo cool y viral
aplaudido por las focas
amarradas al vitral
que les muestra fantasías
para ocultar el comal
que va quedando vacío
a medio show teatral.
Con llamaradas de tusa,
con su luz de caporal,
el sol dibuja espejismos
mientras arma su tamal.
Espejismos incendiarios,
lucecitas de tapial
en las casas de las focas
que aplauden al sol marcial.
El sol lanza pescaditos,
pescaditos de cristal
y le aplauden como locas
mientras les mete el puñal.
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