jueves, mayo 08, 2025

Habemus capitellum caecus

También mi Faraón pronunciaba palabras que eran anteriores y posteriores al tiempo Como no logró entender que sus dioses habían alcanzado el ocaso                              seguía al frente de un imperio que ya había sido ajusticiado por langostas y piojos

También mi Fürher levantaba el sol con la palma de una mano por la mañana               Luego lo bajaba con la otra mano para iniciar la noche                                                              y seguía liderando un imperio que era imperio en su tálamo mediodorsal pero escombros al otro lado de la ventana

Si bien es cierto que el crujir de sus dientes y de sus nudillos se expande incluso más allá de los 21 mil kilómetros cuadrados 

no se emocione mi Don

nuestra finca no es un imperio

y el hambre no cesa 

ni las plagas terminan 

por la santa gracia de los espejismos que se levantan de sus manos y de su lengua.

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