FÁBRICA DE SUPERHÉROES

No se desconoce que hay una gran variedad de formas, a través de las cuales los candidatos, dirigentes, líderes y militantes de los partidos luchan por la conquista de la popularidad que les permita conseguir apoyo entre quienes puedan emitir el emitir el voto, o puedan colaborarles en la conquista de éstos. Desde ofrecer una sesión de sexo oral a cambio del voto, hasta tomar posturas patrioteras, de ésas en las que prevalece el amor a los símbolos patrios mientras se carece de respeto por las clases populares, son algo así como los límites del gran listado de formas que se sabe han sido utilizadas para buscar respaldo a través de métodos que son tristemente célebres a lo largo de muchos procesos electorales alrededor del mundo, y al citar este parámetro, es necesario recalcar que se hace de forma retórica, pues la realidad es aún más triste, y no es ajena a la lucha por el Poder en la universidad con trayectoria más significativa en el país. Y aclaro, con lo del sexo oral, hago referencia a Tania Derveaux, pues la conquista de votos a la que me refiero de forma puntual, no está orientada al hedonismo, sino a la manipulación y condicionamiento en torno al derecho a la educación superior.

Año con año, son miles de aspirantes los que se someten al proceso de admisión que realiza la Universidad de El Salvador para seleccionar a los estudiantes de nuevo ingreso. Y se sabe, que debe existir equilibrio entre la capacidad física y económica de la UES con el número de personas que son admitidas para realizar sus estudios superiores en la única universidad pública del país. Lamentablemente, las aspiraciones de los no admitidos, sirven para que sectores con ambiciones electorales busquen el respaldo que les es imposible conseguir a través de sus convicciones políticas, a través del trabajo constante al interior de la Universidad, a través de la solvencia de quienes lideran estas organizaciones, a través de sus propios estatutos.

Algunos gremios estudiantiles, luchan por la ampliación de cupos para hacer cumplir el derecho a la educación superior, y lo hacen llevando a cabo acciones radicales que se vuelven necesarias por la inflexibilidad de las autoridades universitarias. Y no se puede negar que algunas veces se llega a las llamadas acciones de hecho por la incapacidad para negociar que tienen algunas organizaciones, que por razones ideológicas y por justicia, quieren que se amplíe el número de cupos más allá de lo que es posible hacerlo a causa de las condiciones reales de la UES. Y decir condiciones reales no sólo abarca las limitantes que son propias de la limosna de presupuesto que el Estado le asigna al Alma Mater, pues también al decir condiciones reales, debe incluirse la poca disponibilidad que tiene el sector docente que es experto en luchar por el sueldo, y que es apático a sacrificarse no sólo por aumentar la cobertura, sector que también se muestra incapaz en lo que respecta a trabajar por una mejor calidad de la Educación Superior en el sector público. Entre estas condiciones, tampoco debe perderse de vista que la distribución de la carga académica y fondos económicos, que lideran los administradores de la Universidad, como que no es la mejor; ocasionado con dicha distribución, que se genere otro factor que juega un papel clave, para que no se maximice el uso de recursos para permitir que más personas puedan continuar sus estudios superiores en la UES.

Hay organizaciones estudiantiles que en verdad tienen que luchar por cada uno de los espacios que logran conquistar para que sea ocupado por algún aspirante. Pero también, hay sectores que aprovechan su posición en las estructuras de Poder para montar una fábrica de superhéroes en complicidad con sectores docentes. Tal es el caso, del Movimiento Alternativa Universitaria (MAU) de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, que utiliza a su ala estudiantil para lograr popularidad entre los aspirantes que no resultan seleccionados en ninguna de las dos pruebas. Ya desde hace varios años, el MAU viene montando el mismo show burocrático, pues los líderes fingen que llevan a cabo una serie intensa de negociaciones por lograr que se amplíe el número de estudiantes por admitir. Y es absurdo que hagan que quienes no fueron admitidos ni con la primer prueba, no con la segunda, lleguen durante muchos días, a una serie de reuniones para obtener informes del rumbo de la gloriosa lucha que intentan hacerles pensar que se está librando. Esto de ir a una reunión tras otra, y de andar hablando hasta con las piedras para obtener información sobre la lucha por ampliación de cupos, crea un clima nada agradable para los aspirantes, y es muy, pero muy desagradable, el hecho de saber que la célebre lucha tiene como actores a miembros del MAU-sector estudiantil -contra miembros del MAU -sector docente- . Y no, no es que estén divididos, o que simplemente tengan unas cuantas posiciones antagónicas en lo que respecta a los criterios para repartir los cupos; sino, que simplemente siguen un guion, pues de lo contrario seguramente ya habrían solucionado este problema a través de la vía legal, al revalorar la verdadera capacidad que tiene la Facultad para recibir nuevos estudiantes, ya que es imposible, que año con año, repitiéndose una, otra y otra, y otra vez la misma experiencia, no sean capaces de detectar las variables que dan origen al problema en torno al número de aspirantes y cupos. En lo personal, me niego a pensar, que año con año, repitiéndose una, otra y otra, y otra y otra vez el mismo fenómeno, no hayan ya acumulado los elementos necesarios que les sirvan como referente para impulsar cambios reales que mejoren el proceso de selección desde las instancias legales correspondientes, y -ya lo dije una y… no, ésta es apenas la segunda vez que lo digo- ,es necesario redefinir el número de personas que pueden ser admitidas, y hacer las reubicaciones de carrera a opciones secundarias de forma más eficiente, y mejorar los criterios de selección a partir de la primera prueba. El MAU, tiene el poder absoluto en la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, y está muy bien posicionado ante Rectoría. Pero según parece, este Movimiento ha carecido de voluntad para solucionar uno de los problemas con más notoriedad de los que se generan durante el proceso de selección: el de la distribución y ampliación de cupos. Hasta el momento, los líderes del MAU, no han mostrado disposición real para solucionar este problema, pues si acabaran con éste estarían cerrando esa fábrica de superhéroes que tanta felicidad les trae a ellos, y que tanta angustia genera entre muchos aspirantes. Es decir, que aunque electoralmente no les sea lo más favorable, lo mejor, es que el número de aspirantes que ingresa con el show , mejor lo sumen con el que ingresa antes de que se realiza esa acción desesperada por ganar popularidad, para así, solucionar parte del problema a través de la vía jurídica al ─lo digo nuevamente─ redefinir el número de estudiantes que pueden ser admitidos, y así evitar ese drama en el que año con año actúan los cuadros políticos del MAU al ofrecer como muestra de bondad, algo que se puede garantizar al hacer que evolucione un proceso que parece arcaico. Pero no, no será así a los líderes del MAU les ha sido más conveniente ampliar a través del espectáculo y no a través de la legislatura, y mientras no haya un cambio real en el proceso de selección, pues se seguirá mal, muy mal -también- en esta área. Y parece, que por la disposición de los líderes y representantes de la FMO, por el mismo rumbo se marchará, al menos durante el próximo año, durante el siguiente, durante el que viene después del siguiente, y durante el próximo que comience cuando termine el que venga después del siguiente; ya que no hay que perder de vista, que muchos de los funcionarios de la UES como algunos de los funcionarios del Estado, únicamente parecen funcionarios del gobierno, es decir servidores del partido al que pertenecen, y están eternamente en campaña, y es feo saber, que mientras la estructura burocrática del proceso de selección siga tal y cómo está, al menos en la Facultad Multidisciplinaria de Occidente, las trabas semioficiales y las oficiales del proceso de selección, servirán más a la lucha por el Poder de forma descabellada e hipócrita, y contribuirán menos a que el proceso sea transparente, efectivo y justo.