Mañana todo fruto de la mente
humana será polvo: rueda, fuego,
amor y hasta satélites. No hay ruego
que detenga al destino. Del oriente
trajeron al oeste inútilmente
plegarias y holocaustos; mas fue ciego
cada dios, cada esclavo. Sólo es juego
del olimpo el destino humano. Fuente
de llanto para el hombre son los pasos
de los cuales se aleja y a los cuales
vuelve. De amaneceres en ocasos
calculan la existencia los mortales,
mas los dioses la miden en fracasos
de sombras nuevas con viejos finales.
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