LA REESTRUCTURACIÓN DE ARENA, no es sólo necesaria para quienes conforman este partido, sino que también, es una prioridad para la derecha, y no sólo para estos dos sectores, sino también para el país; pues muchos de los errores cometidos durante los últimos cuatro periodos de gestión presidencial, no son causa únicamente de la mala voluntad política y de la obediencia ciega a un programa basado en principios ideológicos alejados de las necesidades reales de desarrollo del país, sino que también, muchas de las decisiones erróneas que en algún momento se tomaron, fueron por consecuencia de la incapacidad de la oposición para evitarlas, y esta incapacidad, no es sólo en términos aritméticos-número de diputados por ejemplo-, pues en el área de la táctica y estrategia, la oposición tuvo carácter reaccionario, careció de alianzas efectivas, y el partido político de oposición más importante, fue un partido que se desfragmentó por la incapacidad de entendimiento interno, un partido sin una base social notable por razones de honor, y sin un liderazgo que lograra llegar más allá de los afines en cuanto a principios y ubicación política.
Es necesario que la dirigencia de ARENA, deje de hacer interpretaciones ligeras sobre las razones por las cuales será la ex oposición la que estará a cargo del poder Ejecutivo, pues el fracaso electoral del que recientemente se hicieron acreedores, es el fruto de una larga lista de errores que determinaron las características y condiciones en las que Mauricio Funes deberá tomar las riendas del país.
En ARENA, deben considerar, que esta derrota no es únicamente la consecuencia de haber dejado a un lado a cuadros políticos con mejor perfil que el del ex candidato a la presidencia, ni pueden pensar que se debió únicamente a la baja presencia de éste frente a las cámaras, pues en este punto, hay algo muy, pero muy interesante e incuestionable; a pesar de la constancia con la que aparecía Ávila en los medios, siempre contó con baja presencia, y al decir baja presencia ocurre, que se están omitiendo las palabras presencia no muy productiva , y no se está insinuando poca presencia, pues los medios nacionales fueron saturados con tal de levantarle el perfil, y esto, se logró hasta cierto nivel, pero no hasta el nivel necesario para que ARENA venciera al Frente.
Querer reducir el desgaste político producido por una antología de errores de 1989 a 2009, a sólo un fracaso de campaña electoral, es negativo, demagógico y sobre todo, una muestra de poca voluntad política y ausencia de madurez y respeto a la población y a la militancia, pues no deben creer que porque casi la mitad de los electores votó por ellos, sólo la otra casi mitad de los electores es la que ha sido afectada por la sucesión de malos gobiernos.
Es válido que los miembros históricos de ARENA o quien sea, o quienes sean, pretendan echarle la culpa a la crisis internacional, pero no es suficiente, pues muchos de los principios -que han llevado a la actual crisis- son los mismos que por años y años se han abanderado en este partido como axiomas para regir el rumbo del país; y estos principios han estado alejados del nacionalismo, pues el nacionalismo en ARENA ha sido una palabra de adorno, y lo que en verdad ha sido significativo en este partido, han sido los dogmas del neoliberalismo, y como tales -como dogmas- ha sido un sacrilegio cuestionarlos, y se han aplicado de forma mecánica o no se han adaptado de la mejor forma a la situación del país, provocando que el progreso planteado en el discurso oficial, sea diferente al progreso obtenido en la realidad; pues los resultados en las urnas no tienen como causa que los salvadoreños seamos ciegos al desarrollo, o que seamos ciegos a la crisis ya sea interna o externa, o que nos vonvirtieran en ciegos, pues no es difícil reconocer en qué ha progresado el país y a qué se debe la evolución en esas área, y por lo tanto, es inconcebible que se quiera ignorar lo que quedó claro en las urnas: el rumbo por el que va el país no es el mejor, se necesitan cambios.
Como muestra de unidad, está muy bien que de forma transitoria, los ex presidentes sean los encargados de un proceso que hasta el momento debe ser más de análisis que de transformación; y la presencia de los miembros fundadores, también es necesaria para que no se vea un partido desfragmentado, pero, viendo hacia el futuro,la presencia de los presidentes honorarios y de los miembros históricos, funcinará sólo en la medida que éstos sean capaces de reconocer cuáles son los ideales de partido que pueden tener trascendencia para ser ideales de nación, y cuáles son los ideales de partido que ya no tienen lugar por estar desfasados y descontextualizados. Pues en serio, y sólo por decir algo, ya eso de llamar al odio y llamar a la intolerancia con frases como El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán tiene menos vigencia ahora que durante los días del conflicto armado, pues no se puede estar acusando a un partido de llamar al odio de clases, mientras se incita a la intolerancia ideológica.
Durante los días en que ARENA, fue parte de la oposición al PDC histórico, contaban con un elemento bastante fundamental, elemento del que ahora carecen: tenían un líder, pues independientemente de las acusaciones y de las pruebas que existen contra el fundador de este partido en torno a asesinatos, masacres, y todo tipo de acciones al margen de la ley, lo que no se puede negar, es que este señor fue un líder con un poder de convocatoria como ningún otro hombre de derecha lo ha tenido en la historia del país, y en aquel momento, luego de haber perdido las elecciones contra Duarte, el liderazgo es lo que le valió a d'Aubuisson para seguir al frente del partido después del fracaso en las urnas, pero ese liderazgo, o esa clase de liderazgo no es una cualidad- o atributo- de Ávila; así que quizás en esta ocasión, no es lo más conveniente que el hombre que fue el líder del partido durante la campaña, sea el líder de la nueva oposición.
Y al hablar de liderazgos en torno a la oposición, hay que señalar, que durante los últimos años, ha existido un sector, que más que apoyar al gobierno, ha cuestionado a la oposición representada por el FMLN, y este sector puede dividirse en dos; por un lado, los que cuestionaron al Frente por alejarse de los ideales revolucionarios que se tuvieron en este partido hasta antes de 1983; pero este sector simultáneamente ha cuestionado al gobierno; por otro lado, están los que se movieron hacia el centro, y es este último sector de personas que no son bien vistas entre círculos de izquierda, el que sin duda jugará un papel protagónico paralelo al que desempeñe ARENA, pues el primer sector, se encargará más de cuestionamientos ideológicos desde principios revolucionarios y cosas por el estilo, mientras que el segundo sector, se ha mostrado muy bondadoso en lo que respecta a las políticas que ARENA vino implementando como gobierno, y es por lógica un aliado directo a la nueva oposición, como también, no puede ignorarse el trabajo de oposición política no partidaria que pueden jugar algunas figuras conservadoras de notable trayectoria anticomunista.
Hasta el momento, la reestructuración o evaluación interna de ARENA, ha parecido sólo un show mediático en el que se han dado directrices, y no se puede dejar de señalar esto, por más que digan que es consulta, ya que la última derrota comenzó con un proceso interno similar que algunos calificaron de telenovela; claro, hay una diferencia muy, pero muy fundamental, y es que en el proceso anterior se jugaron una elección, pero ahora deben hacer las cosas diferentes-si es que en realidad están dispuestos a seguir con la misma bandera-, pues no les bastaran los cambios superficiales, ya que se están jugando el futuro del partido, y los cambios cosméticos les pueden servir, pero para esto deberán trabajar los próximos cinco años para desgastar al nuevo gobierno, y simultáneamente deberán evitar o propiciar la creación de una nueva fuerza; político-electoral; pero esto, sería algo totalmente negativo, ya que sería algo así como un berrinche por recuperar el poder que traería consecuencias demasiado grandes. Es por eso, que no se puede dejar de afirmar que el país no necesita que ARENA cambie de forma, sino de contenido.
Es necesario que la dirigencia de ARENA, deje de hacer interpretaciones ligeras sobre las razones por las cuales será la ex oposición la que estará a cargo del poder Ejecutivo, pues el fracaso electoral del que recientemente se hicieron acreedores, es el fruto de una larga lista de errores que determinaron las características y condiciones en las que Mauricio Funes deberá tomar las riendas del país.
En ARENA, deben considerar, que esta derrota no es únicamente la consecuencia de haber dejado a un lado a cuadros políticos con mejor perfil que el del ex candidato a la presidencia, ni pueden pensar que se debió únicamente a la baja presencia de éste frente a las cámaras, pues en este punto, hay algo muy, pero muy interesante e incuestionable; a pesar de la constancia con la que aparecía Ávila en los medios, siempre contó con baja presencia, y al decir baja presencia ocurre, que se están omitiendo las palabras presencia no muy productiva , y no se está insinuando poca presencia, pues los medios nacionales fueron saturados con tal de levantarle el perfil, y esto, se logró hasta cierto nivel, pero no hasta el nivel necesario para que ARENA venciera al Frente.
Querer reducir el desgaste político producido por una antología de errores de 1989 a 2009, a sólo un fracaso de campaña electoral, es negativo, demagógico y sobre todo, una muestra de poca voluntad política y ausencia de madurez y respeto a la población y a la militancia, pues no deben creer que porque casi la mitad de los electores votó por ellos, sólo la otra casi mitad de los electores es la que ha sido afectada por la sucesión de malos gobiernos.
Es válido que los miembros históricos de ARENA o quien sea, o quienes sean, pretendan echarle la culpa a la crisis internacional, pero no es suficiente, pues muchos de los principios -que han llevado a la actual crisis- son los mismos que por años y años se han abanderado en este partido como axiomas para regir el rumbo del país; y estos principios han estado alejados del nacionalismo, pues el nacionalismo en ARENA ha sido una palabra de adorno, y lo que en verdad ha sido significativo en este partido, han sido los dogmas del neoliberalismo, y como tales -como dogmas- ha sido un sacrilegio cuestionarlos, y se han aplicado de forma mecánica o no se han adaptado de la mejor forma a la situación del país, provocando que el progreso planteado en el discurso oficial, sea diferente al progreso obtenido en la realidad; pues los resultados en las urnas no tienen como causa que los salvadoreños seamos ciegos al desarrollo, o que seamos ciegos a la crisis ya sea interna o externa, o que nos vonvirtieran en ciegos, pues no es difícil reconocer en qué ha progresado el país y a qué se debe la evolución en esas área, y por lo tanto, es inconcebible que se quiera ignorar lo que quedó claro en las urnas: el rumbo por el que va el país no es el mejor, se necesitan cambios.
Como muestra de unidad, está muy bien que de forma transitoria, los ex presidentes sean los encargados de un proceso que hasta el momento debe ser más de análisis que de transformación; y la presencia de los miembros fundadores, también es necesaria para que no se vea un partido desfragmentado, pero, viendo hacia el futuro,la presencia de los presidentes honorarios y de los miembros históricos, funcinará sólo en la medida que éstos sean capaces de reconocer cuáles son los ideales de partido que pueden tener trascendencia para ser ideales de nación, y cuáles son los ideales de partido que ya no tienen lugar por estar desfasados y descontextualizados. Pues en serio, y sólo por decir algo, ya eso de llamar al odio y llamar a la intolerancia con frases como El Salvador será la tumba donde los rojos terminarán tiene menos vigencia ahora que durante los días del conflicto armado, pues no se puede estar acusando a un partido de llamar al odio de clases, mientras se incita a la intolerancia ideológica.
Durante los días en que ARENA, fue parte de la oposición al PDC histórico, contaban con un elemento bastante fundamental, elemento del que ahora carecen: tenían un líder, pues independientemente de las acusaciones y de las pruebas que existen contra el fundador de este partido en torno a asesinatos, masacres, y todo tipo de acciones al margen de la ley, lo que no se puede negar, es que este señor fue un líder con un poder de convocatoria como ningún otro hombre de derecha lo ha tenido en la historia del país, y en aquel momento, luego de haber perdido las elecciones contra Duarte, el liderazgo es lo que le valió a d'Aubuisson para seguir al frente del partido después del fracaso en las urnas, pero ese liderazgo, o esa clase de liderazgo no es una cualidad- o atributo- de Ávila; así que quizás en esta ocasión, no es lo más conveniente que el hombre que fue el líder del partido durante la campaña, sea el líder de la nueva oposición.
Y al hablar de liderazgos en torno a la oposición, hay que señalar, que durante los últimos años, ha existido un sector, que más que apoyar al gobierno, ha cuestionado a la oposición representada por el FMLN, y este sector puede dividirse en dos; por un lado, los que cuestionaron al Frente por alejarse de los ideales revolucionarios que se tuvieron en este partido hasta antes de 1983; pero este sector simultáneamente ha cuestionado al gobierno; por otro lado, están los que se movieron hacia el centro, y es este último sector de personas que no son bien vistas entre círculos de izquierda, el que sin duda jugará un papel protagónico paralelo al que desempeñe ARENA, pues el primer sector, se encargará más de cuestionamientos ideológicos desde principios revolucionarios y cosas por el estilo, mientras que el segundo sector, se ha mostrado muy bondadoso en lo que respecta a las políticas que ARENA vino implementando como gobierno, y es por lógica un aliado directo a la nueva oposición, como también, no puede ignorarse el trabajo de oposición política no partidaria que pueden jugar algunas figuras conservadoras de notable trayectoria anticomunista.
Hasta el momento, la reestructuración o evaluación interna de ARENA, ha parecido sólo un show mediático en el que se han dado directrices, y no se puede dejar de señalar esto, por más que digan que es consulta, ya que la última derrota comenzó con un proceso interno similar que algunos calificaron de telenovela; claro, hay una diferencia muy, pero muy fundamental, y es que en el proceso anterior se jugaron una elección, pero ahora deben hacer las cosas diferentes-si es que en realidad están dispuestos a seguir con la misma bandera-, pues no les bastaran los cambios superficiales, ya que se están jugando el futuro del partido, y los cambios cosméticos les pueden servir, pero para esto deberán trabajar los próximos cinco años para desgastar al nuevo gobierno, y simultáneamente deberán evitar o propiciar la creación de una nueva fuerza; político-electoral; pero esto, sería algo totalmente negativo, ya que sería algo así como un berrinche por recuperar el poder que traería consecuencias demasiado grandes. Es por eso, que no se puede dejar de afirmar que el país no necesita que ARENA cambie de forma, sino de contenido.
1 comentario:
Uhh... la esposa del nuevo jefe de ideología (o cuál es el nombre correcto?) es una de esas mujeres "brillantes" que además de tejer estudian maestrías y está haciendo su tesis sobre... el sexo verde.
Así que ya imagino un enoooooorme cambio en el partido: a tener sexo verde, mis amigos, nada de látex como dice el papa y sobre hojas de plátano o mata de huerta, sobre todo.
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