¿Seguirá afectando la campaña de miedo después de este día?
Los incidentes de violencia electoral que acontecieron durante lo largo de la campaña, generaron un ambiente de tensión en la ciudadanía; y por esta violencia, ha aumentado la probabilidad de que para este día acontezcan sucesos que manchen el proceso para elegir al Ejecutivo, o al menos, han hecho que se generalice el miedo a las reacciones que puedan surgir por parte de aquellos miembros, activistas o simpatizantes del partido que no será proclamado ganador.
Bien ha hecho el Tribunal Supremo Electoral(TSE) con llamar a los partidos y fórmulas a que respeten los resultados, pues de la posición de los líderes dependerá en gran medida la reacción de los seguidores ante los resultados que obtenga el partido de su preferencia, y es que si de algo debe estar consiente cada salvadoreño, es que independientemente de si se obtiene el resultado que promovió con su voto o no, el candidato que resulte ganador será el presidente de todos los salvadoreños y no sólo el presidente del sector que lo eligió. En este punto, es de esperar que la próxima gestión logre superar a la actual, pues será insoportable seguir viendo a un jefe de gobierno que trabaja más en pro de los beneficios de su partido que en pro de resolver los problemas de la nación, y esto es así, cuando lo que en realidad hace falta es un jefe de Estado.
Fue muy genial que el TSE enfocara este día como el de a elegir a nuestro presidente; pero hubiese sido mejor, que la campaña completa se enfocara en torno a esta idea, a través de la toma de un papel mucho más protagónico por parte de dicho tribunal; ya que parece que será muy difícil que las bases del partido no elegido, logren ver al candidato del partido rival como presidente de la república, y hacer esta afirmación no es tomar en cuenta únicamente las diferencias ideológicas o de afinidad, sino que también es considerar la forma en que se enfocó la propaganda(acusaciones, denuncias, difamación, etc.). Y es esta forma con la que fue demasiado permisivo el TSE, pues es cierto que existe libertad de expresión, pero también hay límites que hasta el momento no se vieron marcados ni por el tribunal, ni exigidos por los ofendidos a través de un método eficaz que se alejara de posiciones reaccionarias como las que caracterizaron la última etapa del trabajo electoral del FMLN.
La violencia que aconteció, se atribuye en los medios de comunicación -con más presencia- a la dirigencia y militancia del partido que para estas elecciones fue la opción de izquierda. Algunas de las personas afines al FMLN, atribuyen la violencia a elementos infiltrados o a fanáticos al interior de sus filas. Pero, es obligatorio, que se reflexione en torno a la relación que existe entre el manejo o forma de la campaña con cada uno de aquellos hechos que empañaron el proceso electoral, pues no basta con pactos entre líderes si se quiere evitar la violencia, si se quiere promover la gobernabilidad; sino, que también es necesario que se evite promover el odio y temor tal y cómo se hizo a través de la descontextualización de lo que debió caracterizar al proceso. Nada es tan evidente, y tan triste como saber que nuestra clase política luchó por ganar las elecciones a un costo social muy alto. No sé qué fórmula ganará; pero estoy seguro, que será difícil que ya mañana queden olvidados los golpes bajos, ya que el miedo y el odio no se superan de un día para otro.
Los incidentes de violencia electoral que acontecieron durante lo largo de la campaña, generaron un ambiente de tensión en la ciudadanía; y por esta violencia, ha aumentado la probabilidad de que para este día acontezcan sucesos que manchen el proceso para elegir al Ejecutivo, o al menos, han hecho que se generalice el miedo a las reacciones que puedan surgir por parte de aquellos miembros, activistas o simpatizantes del partido que no será proclamado ganador.
Bien ha hecho el Tribunal Supremo Electoral(TSE) con llamar a los partidos y fórmulas a que respeten los resultados, pues de la posición de los líderes dependerá en gran medida la reacción de los seguidores ante los resultados que obtenga el partido de su preferencia, y es que si de algo debe estar consiente cada salvadoreño, es que independientemente de si se obtiene el resultado que promovió con su voto o no, el candidato que resulte ganador será el presidente de todos los salvadoreños y no sólo el presidente del sector que lo eligió. En este punto, es de esperar que la próxima gestión logre superar a la actual, pues será insoportable seguir viendo a un jefe de gobierno que trabaja más en pro de los beneficios de su partido que en pro de resolver los problemas de la nación, y esto es así, cuando lo que en realidad hace falta es un jefe de Estado.
Fue muy genial que el TSE enfocara este día como el de a elegir a nuestro presidente; pero hubiese sido mejor, que la campaña completa se enfocara en torno a esta idea, a través de la toma de un papel mucho más protagónico por parte de dicho tribunal; ya que parece que será muy difícil que las bases del partido no elegido, logren ver al candidato del partido rival como presidente de la república, y hacer esta afirmación no es tomar en cuenta únicamente las diferencias ideológicas o de afinidad, sino que también es considerar la forma en que se enfocó la propaganda(acusaciones, denuncias, difamación, etc.). Y es esta forma con la que fue demasiado permisivo el TSE, pues es cierto que existe libertad de expresión, pero también hay límites que hasta el momento no se vieron marcados ni por el tribunal, ni exigidos por los ofendidos a través de un método eficaz que se alejara de posiciones reaccionarias como las que caracterizaron la última etapa del trabajo electoral del FMLN.
La violencia que aconteció, se atribuye en los medios de comunicación -con más presencia- a la dirigencia y militancia del partido que para estas elecciones fue la opción de izquierda. Algunas de las personas afines al FMLN, atribuyen la violencia a elementos infiltrados o a fanáticos al interior de sus filas. Pero, es obligatorio, que se reflexione en torno a la relación que existe entre el manejo o forma de la campaña con cada uno de aquellos hechos que empañaron el proceso electoral, pues no basta con pactos entre líderes si se quiere evitar la violencia, si se quiere promover la gobernabilidad; sino, que también es necesario que se evite promover el odio y temor tal y cómo se hizo a través de la descontextualización de lo que debió caracterizar al proceso. Nada es tan evidente, y tan triste como saber que nuestra clase política luchó por ganar las elecciones a un costo social muy alto. No sé qué fórmula ganará; pero estoy seguro, que será difícil que ya mañana queden olvidados los golpes bajos, ya que el miedo y el odio no se superan de un día para otro.
2 comentarios:
Yo quedé medio traumado hablando como Chávez y buscando su cara en la papeleta de votación.
Postraumáticas,elecciones muy postraumáticas la verdad.
De hecho un amigo decía en forma de broma:
Me da miedo ir a votar, porque por la campaña, seguro que cuando vea la papeleta, me imaginaré la cara de Chávez sobre la bandera del Frente, y como Chávez me cae mal, seguramente lo tacharé con una "X".
Claro, él lo decía mejor. Pero de igual forma saludos.
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