jueves, enero 04, 2007

Inicio el año con una antología de Nicolás Guillén. Según transcurran los días del 2007, incluiré algunos de mis poemas favoritos de los autores que me de la gana publicar …por cierto la serie se titula 10 poemas de…

P.D.
No se claven por aspectos cuantitativos
LA MURALLA

A Cristina Ruth Agosti

Para hacer esta muralla,
tráiganme todas las manos:
Los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Ay,
una muralla que vaya
desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa, bien,
allá sobre el horizonte.

—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—Una rosa y un clavel...
—¡Abre la muralla!

—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El sable del coronel...
—¡Cierra la muralla! —

--¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—La paloma y el laurel...
—¡Abre la muralla!

—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El alacrán y el ciempiés...
—¡Cierra la muralla!


Al corazón del amigo,
abre la muralla;
al veneno y al puñal,
cierra la muralla;
al mirto y la yerbabuena,
abre la muralla;
al diente de la serpiente,
cierra la muralla;
al ruiseñor en la flor,
abre la muralla...

Alcemos una muralla
juntando todas las manos;
los negros, sus manos negras,
los blancos, sus blancas manos.
Una muralla que vaya desde la playa hasta el monte,
desde el monte hasta la playa,
bien,
allá sobre el horizonte...
¡AY, SEÑORA MI VECINA!...

¡Ay, señora, mi vecina,
se me murió la gallina!
Con su cresta colorada,
y el traje amarillo entero,
ya no la veré atareada,
paseando en el gallinero,
pues, señora, mi vecina,
se me murió la gallina,
domingo de madrugada.
Sí señora, mi vecina,
domingo de madrugada
ay, señora, mi vecina,
domingo de madrugada.

¡Míreme usted como sudo,
con el corral enlutado,y
el gallo viudo!
¡Míreme usted como lloro,
con el pecho destrozado,
y el gallo a coro!
¡Ay, señora, mi vecina;
como no voy a llorar
si se murió mi gallina!
SENSEMAYÁ

Canto para matar una culebra


¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe--bombe--mayombé!

La culebra tiene los ojos de vidrio;
la culebra viene y se enreda en un palo;
con sus ojos de vidrio, en un palo,
con sus ojos de vidrio.
La culebra camina sin patas;
la culebra se esconde en la yerba;
caminando se esconde en la yerba,
caminando sin patas.

¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!
¡Mayombe-bombe-mayombé!

Tú le das con el hacha, y se muere:
¡dale ya!
¡No le des con el pie, que te muerde,
no le des con el pie, que se va!

Sensemayá, la culebra,
sensemayá.
Sensemayá, con sus ojos,
sensemayá.
Sensemayá, con su lengua,
sensemayá.
Sensemayá, con su boca,
sensemayá ...

¡La culebra muerta no puede comer;l
a culebra muerta no puede silbar;
no puede caminar,
no puede correr!
¡La culebra muerta no puede mirar;
la culebra muerta no puede beber;
no puede respirar,
no puede morder!


¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, la culebra…
¡Mayombe-bombe-mayombé!
Sensemayá, no se mueve…
¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayaá, la culebra…
¡Mayombe—bombe--mayombé!
Sensemayá, se murió!
CANTO NEGRO

¡Yambambó, yambambé!
Repica el congo solongo,
repica el negro bien negro;
congo solongo del Songo
baila yambó sobre un pie.

Mamatomba,
serembe cuserembá.

El negro canta y se ajuma,
el negro se ajuma y canta,
el negro canta y se va.

Acuememe serembó,

yambó,
aé.

Tamba, tamba, tamba, tamba,
tamba del negro que tumba;
tumba del negro, caramba,
caramba, que el negro tumba:
¡yamba, yambó, yambambé!
XXIII

Pienso:
!Que raro
que al tiro al blanco
no le hayan puesto tiro al negro!
Balada

Ay, venga, paloma, venga
y cuénteme usted su pena.

—Pasar he visto a dos hombres
armados y con banderas;
el uno en caballo moro,
el otro en potranca negra.
Dejaran casa y mujer
,partieran a lueñes tierras;
el odio los acompaña,
la muerte en las manos llevan.
¿A dónde vais?, preguntéles,
y ambos a dos respondieran:
Vamos andando, paloma,
andando para la guerra.
Así dicen, y después
con ocho pezuñas vuelan
vestidos de polvo y sol,
armados y con banderas,
el uno en caballo moro,
el otro en potranca negra.
Ay, venga, paloma, venga
y cuénteme usted su pena.
—Pasar he visto a dos viudas
como jamás antes viera,
pues que de una misma lágrima
estatuas parecen hechas.
¿A dónde vais, mis señoras?,
pregunté a las dos al verlas.
Vamos por nuestros maridos,
paloma, me respondieran.
De su partida y llegada
tenemos amargas nuevas;
tendidos están y muertos,
muertos los dos en la hierba,
gusanos ya sobre el vientre
y buitres en la cabeza
,sin fuego las armas mudas
y sin aire las banderas;
se espantó el caballo moro,
huyó la potranca negra.

Ay, venga, paloma, venga
y cuénteme usted su pena.
ELEGÍA

Por el camino de la mar
vino el pirata,
mensajero del Espiritu Malo,
con su cara de un solo mirar,
y con su monótona pata
de palo.
Por el camino de la mar.

Hay que aprender a recordar
lo que las nubes no pueden olvidar.

Por el camino de la mar,
con el jazmin y con el toro,
y con la harina y con el hierro,
el negro, para fabricar
el oro;
para llorar en su destierro
por el camino de la mar.

¿cómo vais a olvidar
lo que las nubes aún pueden recordar?

Por el camino de la mar,
el pergamino de la ley,
la vara para malmedir,
y el látigo de castigar,
y la sifilis del virrey,
y la muerte, para dormir
sin despertar,
por el camino de la mar.

¡Duro recuerdo recordar
lo que las nubes no pueden olvidar
por el camino de la mar!
GUITARRA


Tendida en la madrugada,
la firme guitarra espera:
voz de profunda madera
desesperada.


Su clamorosa cintura,
en la que el pueblo suspira,
preñada de son, estira
la carne dura.


Arde la guitarra sola,
mientras la luna se acaba;
arde libre de su esclava
bata de cola.


Dejó al borracho en su coche,
dejó el cabaret sombrío,
donde se muere de frío,
noche tras noche,
y alzó la cabeza fina,
universal y cubana,
sin opio, ni mariguana,
ni cocaína.


¡Venga la guitarra vieja,
nueva otra vez al castigo
con que la espera el amigo,
que no la deja!


Alta siempre, no caída,
traiga su risa y su llanto,
clave las uñas de amianto
sobre la vida.


Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcol la boca,
y en esa guitarra,
tocatu son entero.


El son del querer maduro,
tu son entero;
el del abierto futuro,
tu son entero;
el del pie sobre el muro,
tu son entero...


Cógela tú, guitarrero,
límpiale de alcol la boca,
y en esa guitarra, toca
tu son entero.
CANTALISO EN UN BAR

(Los turistas en el bar:
Cantaliso, su guitarra,
y un son que comienza a andar.)

-No me paguen porque cante
lo que nos les cantaré;
ahora tendrán que escucharme
todo lo que antes callé.
¿Quién los llamó?
Gasten su plata,
beban su alcohol,
cómprense un güiro,
pero a mí no,
pero a mí no,
pero a mí no.

Todos estos yanquis rojos
son hijos de un camarón,
y los parió una botella,
una botella de ron.
¿Quién los llamó?
Ustedes viven,
me muero yo,
comen y beben,
pero yo no,
pero yo no,
pero yo no.

Aunque soy un pobre negro,
sé que el mundo no anda bien;
¡ay, yo conozco a un mecánico
que lo puede componer!
¿Quién los llamó?
Cuando regresena Nueva York,
mándenme pobres
como soy yo,
como soy yo,
como soy yo.

A ellos les daré la mano,
y con ellos cantaré,
porque el canto que ellos saben
es el mismo que yo sé.
Balada de Simón Caraballo


Canta Simón:
-¡Ay, yo tuve una casita
y una mujer!
Yo,
negro Simón Caraballo,
y hoy no tengo qué comer.
La mujer murió de parto,
la casa se m'enredó:
yo,
negro Simón Caraballo,
ni toco, ni bebo, ni bailo,
ni casi sé ya quién soy.
Yo,
negro Simón Caraballo,
ahora duermo en un portal;
mi almohada está en un ladrillo,
mi cama en el suelo está.


La sarna me come en vida,
el reuma me amarra el pie;
luna fría por la noche,
madrugada sin café.
No sé qué hacer con mis brazos,
pero encontraré qué hacer:
yo,
negro Simón Caraballo,
tengo los puños cerrados,
tengo los puños cerrados,
¡y necesito comer!
-¡Simón, que allá viene el guardia
con su caballo de espadas!
(Simón se queda callado).
-¡Simón, que allá viene el guardia
con sus espuelas de lata!
(Simón se queda callado).
-¡Simón, que allá viene el guardia
con su palo y su revólver,
y con el odio en la cara,
porque ya te oyó cantar
y te va a dar por la espalda,
cantador de sones viejos,
marido de tu guitarra...!
(Simón se queda callado).


Llega un guardia de bigotes,
serio y grande, grande y serio,
jinete en un penco al trote.
-¡Simón Caraballo, preso!


(Pero Simón no responde,
porque Simón está muerto).
NO SÉ POR QUÉ PIENSAS TÚ

No sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo,
si somos la misma cosa
yo,
tú.

Tú eres pobre, lo soy yo;
soy de abajo, lo eres tú;
¿de dónde has sacado tú,
soldado, que te odio yo?

Me duele que a veces tú
te olvides de quién soy yo;
caramba, si yo soy tú,
lo mismo que tú eres yo.

Pero no por eso yo
he de malquererte, tú;
si somos la misma cosa,
yo,
tú,
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo.

Ya nos veremos yo y tú,
juntos en la misma calle,
hombro con hombro, tú y yo,
sin odios ni yo ni tú,
pero sabiendo tú y yo,
a dónde vamos yo y tú…¡
no sé por qué piensas tú,
soldado, que te odio yo!
NEGRO BEMBÓN

¿Po qué te pone tan brabo,
cuando te dicen negro bembón
,si tiene la boca santa,
negro bembóm?

Bembón así como ere
tiene de tó;
Caridá te mantiene,
te lo dá tó.

Te queja todabía,
negro bembón;
sin pega y con harina,
negro bembón,
majagua de drí blanco,
negro bembón;
sapato de dó tono,
negro bembón.

Bembón así como ere
tiene de tó;
¡¿Caridá te mantiene,
te lo dá tó.!
SI TÚ SUPIERAS

¡Ay negra si tu supiera!
Anoche te bi pasá
y no quise que me biera.
A é tú le hará como a mí,
que cuando no tube plata
te corrite de bachata,
sin acordarte de mí.

Sóngoro cosongo,
songo bé;
sóngoro cosongo
de mamey;
sóngoro, la negra
baila bien;
sóngoro de uno
sóngoro de tre.

Aé,
bengan a be;
aé,bamo pa be,
bengan, sóngoro cosongo,
sóngoro cosongo
de mamey.