sábado, diciembre 31, 2011

Primer año que termina y yo lo cierro con veinticinco años. Ha sido inevitable que cuando termina diciembre yo sea más viejo que la última vez que terminó un año. Cuando tenía un año y fue diciembre treinta y uno, fui más viejo que cuando terminó diciembre y tenía tres meses. Cuando tenía dos años y fue diciembre treinta y uno, fui más viejo que cuando terminó diciembre y tenía un año y tres meses. Cuando tenía tres años y fue diciembre treinta y uno, fui más viejo que cuando terminó diciembre y tenía dos años tres meses, y así, y así sucesivamente. Así me ha acontecido todos los años aunque tenga fe que para el próximo año me será diferente, y sin embargo este año me ha acontecido con más rigor y alevosía que el año pasado y sin duda con más rigor y alevosía que el año siguiente. Es diciembre treinta y uno, tengo veinticinco años y desde la última vez que fue diciembre treinta y uno me han acontecido siete muertos y ningún amanecer en Santiago de Cuba o algún lugar cercano.