miércoles, abril 07, 2010

Silencio

No es muy agradable la acción de la juez que fue el rostro público en el proceso que se llevó a cabo contra La Prensa Gráfica por la publicación de material que violenta el derecho a la intimidad de un asesino. A mi criterio-que no crea se único-, a las fotos y a la cobertura de la noticia en general, se le dio un enfoque demasiado político por el choque de visión entre el poder legislativo y ejecutivo en torno a la Ley del Menor Infractor.

Debe ser indignante ver cómo se reclama por la célebre intimidad de quien acabo con la vida de un ser querido. A mí, también me ha resultado fatal el cómo se ha cubierto la noticia a través de algunas líneas editoriales. Es cuestión de enfoques; no recuerdo haber visto alguna falsedad destinada a modificar la verdad para un fin. Es decir, que no puedo hacer reproches moralistas contra la interpretación y manejo de algunas medios con la información relacionada a este crimen. No soy tan torpe como para ignorar que las decisiones legislativas influyen en los procesos jurídicos. No sé si el crimen, y el proceso contra éste, pudieran haber acontecido antes de la publicación de las modificaciones-enmiendas ó lo que sea- a la Ley del Menor Infractor o Ley Penal Juvenil en el Diario Oficial. Tampoco soy-ni necesito ser- abogado para saber qué tan relevante es que aparezcan en dicha publicación. No me gustó eso de darle tanto énfasis al crimen desde la cuestión legislativa, a pesar de que no creo en acomodar los criterios jurídicos a fin de valorar un delito desde particularidades absurdas de quien lo comete, y no desde el efecto que produce. No quiero pecar de optimista creyendo que esa es la razón por la que en la asamblea votaron a favor de aumentar las penas a los menores infractores. Son muchos los que lo hicieron para lograr una mejor imagen ante la opinión pública.

Asesinato es asesinato, independientemente de si lo comete un mayor de edad o un menor de edad, o si lo comete un dueto compuesto por un elemento perteneciente a cada una de estas categorías. Y esa Ley del Menor Infractor es absurda, como otras de las promovidas por tantos organismos internacionales, si se interpretan las palabras de forma torpe y si se adoptan dichas leyes sólo porque es una tendencia en alguno de los tantos organismos internacionales a los que está suscrito el país. En este caso, eso de la interpretación ocurre con la palabra edad; pues se toma de forma tan mecánica, al considerarse que únicamente existen variables biológicas para determinar el significado de ésta.

El criterio de la juez, no es de mi agrado, lo recalco; pero, no molesta si lo ejerce de manera íntima. Pues la diversidad es parte de la dinámica social al garantizar la existencia de particularidades en todo sentido. Lo que sí preocupa, es lo que permiten algunas leyes con respecto a la impunidad, así como también, lo que la jueza ha entendiendo por intimidad en el campo jurídico.

El gran crimen de los que han dado cobertura al asesinato, es habernos hecho testigos de éste, aunque la juez los acuse de ser- y habernos hecho- responsables de irrespetar la intimidad del niño que sostenía el cuchillo.