miércoles, mayo 05, 2010

A 125 años del nacimiento de Agustín Barrios Mangoré

Antes de que Agustín Barrios se estableciera en El Salvador, ya había recorrido América latina, y más allá de las razones que lo llevaron a establecerse en este país, hay que recordar que la última vez que estuvo en Paraguay, no tuvo una estadía muy grata hasta donde se sabe y se recuerda; no obtuvo las condiciones que requería para quedarse luego de haber estado afuera 12 años, y decidió marcharse nuevamente.

Las dos veces que salió de Paraguay tienen naturalezas similares, con una excepción fundamental claro está; la primera, fue una gira artística, en la que estudió aires populares de diferentes regiones en forma presencial, la segunda también tiene esos elementos en cuanto a lo artístico, pero, también fue algo así como un exilio. En ambas ocasiones que dejó la patria en la que nació, interpretó repertorio original, arreglos y transcripciones en los que se evidenció su genialidad. Él fue quien verdaderamente elevó el instrumento a la categoría de instrumento de concierto al recorrer a través de sus obras diferentes periodos con una maestría que sólo puede tener un autor al que le queda corto el tiempo en que vive(Barroco, Clasicismo, Romanticismo, etc.). No es el primer autor para guitarra en tener un registro tan variado; sí el que tiene el más completo, tanto en extensión, estilos y formas, y sobre todo, en calidad como guitarrista y músico. Por eso, es comprensible que se forme una comisión presidencial para repatriar sus restos cien años después de la primera vez que salió de Paraguay; ahora ya es inevitable que se vea a Mangoré con los ojos que lo vieron Don Candido Morales y tantos que lo escucharon, y tantos que hemos quedado maravillados al apreciar su obra. No es el primer intento por lograr que los restos mortales de Barrios vuelvan a la patria que le vio nacer, aunque sí el de más relevancia.

Barrios, salió de Paraguay y elevó muchos aires y motivos populares latinoamericanos a la categoría de piezas de concierto. Así también, logró hacer composiciones que, si bien es cierto no pertenecen al periodo musical en el que es ubicado, rescatan las propiedades de la guitarra de una manera superior o sólo comparable a la de los grandes genios que le precedieron, y a quienes estudió. Sin pertenecer a algunos periodos que exploró y conoció, heredó a la guitarra muchas composiciones de mayor relevancia que aquellos que vivieron durante esos entonces sin poder contextualizar el instrumento a la altura de las tendencias y avances en armonía, pues hasta antes de Barrios, parecía que la guitarra era un instrumento de características muy limitadas, y no hay que ser tan injustos con los genios de la guitarra que le precedieron, y hay que destacar que las condiciones en que Barrios encontró el instrumento también ya eran más favorables que las condiciones en las que éstos lo conocieron, eso sí, condiciones no tan favorables como las de hoy en día.

Por éstas y el sin fin de cosas no nombradas, es que Barrios es digno de admiración como ningún otro guitarrista, y su memoria como la de todo ser, merece respeto, y no debe ser usurpada por agendas políticas; así como con Borges en Argentina, ni su patria es más pequeña ni su obra más grande por el lugar en el que el genio está sepultado. Y tanto para Borges como para Mangoré, al profanar sus lugares de descanso,no se estarían reparando los reproches que recibieron en vida, por el contrario se estarían reiterando.


La segunda vez que Barrios salió de su patria, hace 85 años, lo hizo con amargura; tenía deseos y proyectos ante los que no encontró ecos favorables a pesar de tanto logro y éxito en su obra y presentaciones. Se despidió de sus compatriotas con un recital en una plaza pública, y según contaban sus discípulos, duró desde las 8:00 P.M. a 5:00 A.M. siendo toda una fiesta popular en la que él tuvo que ayudar a armar el escenario y ubicar las sillas, y esto puede sorprender si se ignora el repertorio de Barrios, y si se desconoce que no lo le permitieron la creación del conservatorio que tanto deseaba y necesitaba; puede decirse que recibió una bofetada muy fuerte de los encargados de la actividad cultural en el Paraguay de los días en que salió de forma definitiva, y no puede dejar de pensarse que permitir que profanen su tumba es como permitir otra bofetada . Y esas condiciones que necesitaba Barrios tampoco las encontró en El Salvador en una forma total por más idílico que uno pretenda ser con la relación existente entre este país y el genio paraguayo. Sin embargo, Barrios eligió esta patria para vivir y aquí lo alcanzó la muerte, e independientemente del lugar en el que permanecen sus restos mortales, y para gloria de la guitarra, Mangoré ya ha logrado superar el misterio de la noche.