jueves, julio 17, 2014

Santa Ana, la ciudad falsa

Se dice que Santa Ana es la "Capital del Mundo, Sucursal del Cielo". Cualquier parecido con el "título" de Nueva York y Cali-respectivamente- debe ser por coincidencia o por consecuencia que este pueblo reúne y supera los motivos por los que esas ciudades son identificadas con esos títulos; por eso es que Santa Ana comparte título con la ciudad estadounidense antes de la coma y con la ciudad colombiana después de la coma.

Coincidencias similares también suelen ocurrir con las dos composiciones musicales  más características y populares dedicadas a Santa Ana. Esa canciones son: " Viva Santana" y "Yo ya me voy para Santana".

Se dice que cuando José Alfredo Jiménez escuchó la canción "Viva Santa Ana" decidió hacer una adaptación y es lo que hoy conocemos como "Viva Chihuahua".





Tengo alrededor de tres décadas viviendo en Santa Ana, y todavía no sé en qué parte del pueblo es que huele a Sotol; es más, como la mayoría de santanecos nunca me he emborrachado con Sotol como es tradición en Chichuachua donde sí hay Sotol; sin embargo, esta canción  más que canción es himno de los santanecos :

"¡Viva Santana !
¡Viva Santana ! 
Tierra que sabe a cariño,
Tierra que sabe a Sotol"

Esta canción es infaltable en la Serenata a Señora de Santa Ana, evento con el que da inicio toda la agenda de las fiestas dedicadas a la santa patrona de este pueblo; esa serenata  se realiza el 17 de julio y es una de las cuatro tradiciones más emblemáticas de las llamadas Fiestas Julias. Creo que esa canción más que canción es un himno muy popular y obligatorio dentro del repertorio de los mariachis locales; pero de ese himno también hay versión más urbana, más moderna y con el mismo olor a Sotol:


La otra canción característica de Santa Ana trascendió a la universalidad al ser doblada al inglés e interpretada por el Rey del Pop cuando este era un niño y aún pertenecía a The Jackson Five. Esta es la versión que conocemos y suena priciplemente durante las Fiestas Julias; fiestas que según dice un entendido deberían llamarse Fiestas Julianas.






 

Aquí les comparto el "cover" en Inglés cantado  por Michael Jackson y con algunos cambios evidentes, como por ejemplo, en vez de Santana se dice Indiana:




Hemos comprobado que Santa Ana es tan maravillosa que Nueva York y Cali han buscado la gloria usando sólo la mitad del "lema" o título tan propio de Santa Ana; también hemos comprobado que  ni el Rey de la Música Ranchera, ni el Rey del Pop estuvieron exentos a contagiarse de la gloria e inspiración que sólo  Santa Ana puede inspirar.

P.D.

Lo que conocemos como Santa Ana para mis ancestros se llamó Sihuatehuacán, y ese nombre tiene significado y valor propio; creo que ese nombre encierra un legado que va más allá del asombro que pueda surgir por andar calcando  y uniendo los "apodos" de Cali y Nueva York.

En lo que a la música se refiere, me encanta José Alfredo Jiménez y sé que Michael Jackson fue grande, pero si con la obra musical de alguno puedo identificarme y si de alguien puedo sentirme orgulloso debo mencionar a Paquito Palaviccini, y no sólo a él sino también a David Granadino. 

Fueron muy ocurrentes y creativos los que adaptaron esas canciones y "títulos" para Santa Ana; pero hay cosas muy propias con suficiente valor  y significado como para permitir que la imagen de este pueblo sea el reciclaje de cosas muy ajenas.

Santa Ana, la ciudad falsa puede ser atractiva; pero hay una Santa Ana aún mejor.

martes, julio 08, 2014

Algunos efectos colaterales previos al mundial y el derrumbe de Brasil



"Vosotros me veneráis; ¿ pero qué ocurriría si un día 
viniese al suelo vuestra veneración?   
¡cuidad que no os aplaste mi estatua!"  

Friedrich Nietzsche

Antes del mundial muchas familias fueron desplazadas y perdieron sus casas para que los aficionados pudieran tener mejores rutas de acceso a los estadios, o simplemente perdieron sus casas para que alguna zona de una sede pudiera proyectar la ilusión de una plusvalía falsa frente a los turistas,  o  perdieron sus casas por  nuevas políticas urbanas, o simplemente por otras cosas que no entiendo y no necesito entender para saber que no son razones justas. 

Mucho dinero que pudo servir para programas sociales y necesidades de primera mano fue orientado a mejorar o construír estadios; eso generó descontento,  protestas y todo tipo movilizaciones  y denuncias por parte de gremios y sociedad civil; pero bien, iniciando el mundial todo eso pasó a segundo plano.

La selección brasileña generó muchas dudas desde el inicio del mundial, pero al ser humillados por Alemania las dudas se volvieron indignación, rabia y tristeza.  Cada uno vive el mundial a su manera,  pero buena parte de la afición está indignada a partir de la masacre que sufrieron por parte de los alemanes; otros ya estaban indignados, tristes y rabiosos desde antes del inicio de La Copa Mundial porque fueron afectados para favorecer esa religión llamada fútbol.
  
Para muchos-y por razones muy diversas-, Brasil no merecía llegar a las semifinales y en definitiva la semifinal les quedó grande. Pensar y atribuir la derrota a dos ausencias es tonto; bien decía Alfredo Di Estefano: "Ningún jugador es tan bueno como todos juntos”. No creo que Neymar y  Thiago Silva sean excepciones a esta sentencia del primer gigante del fútbol.  Brasil no se logró consolidar como equipo a diferencia de Chile, Colombia y otros equipos que no fueron ni favoritos ni favorecidos como la Verde-amarela.

Para entender la indignación, la rabia y la tristeza que han protagonizado  los fanáticos brasileños hay que prestar atención a que para ellos la selección no es un equipo; la selección es  el más importante de los símbolos patrios.

Para un aficionado, el escudo de la nación, el himno y la bandera deben ser considerados como miembros que conforman un solo cuerpo; un cuerpo del cual la selección es el alma; por lo tanto con la derrota no sólo se derrumbaron los jugadores, se derrumbó ese algo que conforma la parte más fundamental en la identidad cívica de un aficionado.

Muchos  fueron desplazados de sus casas o hábitat natural para que los aficionados pudieran tener mejores rutas de acceso a los estadios; la selección brasileña perdió la oportunidad de llegar a la final derrumbándose como una estatua frágil que aparenta fortaleza.  La selección brasileña se derrumbó  como un ídolo;  un ídolo más grande que El Cristo de Corcovado, un ídolo que al derrumbarse aplastó a todos los que estaban arrodillados frente a él.

Cada uno interpreta desde cómo siente, unos lamentaron que su patria fuese elegida como sede; otros se quedaron lamentando los siete goles de la eliminación. Es triste, pero creo que no faltan los que lamentan ambas cosas.