domingo, agosto 26, 2007

No hay duda, que existen países, que utilizan el mismo estándar -de calidad- tanto en el control de la mercancía que producen, como en la selección de sus amistades...

domingo, agosto 19, 2007

¡Me asaltaron otra vez!



En definitiva, es necesario acostumbrarse a ciertos acontecimientos que a menudo ocurren el los lugares que vivimos. No es de extrañarse, que un esquimal esté acostumbrado a ciertas temperaturas que no tolera un cubano, así como no es válido sorprenderse si los judíos vendían al fauno del río la rosa de la circuncisión. Pero algo es cierto, aún no logró acostumbrarme a vivir rodeado de delincuentes, y no se si alguna persona ya lo está o si alguna pretende estarlo; lo cierto, es que nuevamente me asaltaron, y debo admitir que esta vez me resultó menos traumático que la anterior, y no sólo por que vaya ganado experiencia en ser victima de asaltos; sino más bien, por que el tipo que en esta ocasión me asaltó no me irrito siquiera por un segundo. El viernes por la noche, la colonia en la que vivo (I.V.U.) fue el escenario de un operativo que realizó la Policía. Fue inevitable percatarse que algo ocurría en esos momentos en el vecindario, pues la presencia policial no era la habitual, o mejor dicho esa noche si hubo presencia policial. Cuando salí de la pupusería caminé hacia mi casa, unos cien metros antes de llegar, me encontré con un vigilante nocturno, él se dirigió hacia mí para preguntarme si me había encontrado con la policía. Y como buen torpe, yo respondí con una pregunta, y precisamente lo hice para averiguar por que tantos agentes en la zona. Él me dijo que a un niño le robaron una bicicleta, y en ese momento yo le dije que los había visto hace como una hora, pero no en ese momento. Claro, en seguida tuve que cambiar mi discurso, y le dije “ahí vienen”, pues ellos en ese momento salieron de un pasaje. Él se dirigió a ellos. Y yo me fui intrigado para mi casa, pues me parece imposible que por una bicicleta que lo robaron -a un(a) fulan@- se arme tanto escándalo en El Salvador, bueno, como pantalla de humo para evitar que prestemos atención a un hecho de mayor trascendencia, debo admitir que si es posible, de lo contrario, no. Volviendo al asunto, cuando entré a la casa lo hice sólo por pasar a recoger una cajetilla de cigarros, y así lo hice, luego me fui para la casa de un amigo. Resulta que mi amigo, aún tenía turno en la tienda, pues sus padres le dan libertad a partir de las 9: 30 p.m., y en esos momentos faltaba alrededor de media hora para que pudiésemos ir a buscar a un amigo con novia incluida. Resultó que para matar el tiempo, comenzamos a hablar sobre la gran presencia de policías, pues cuando caminé hacia su casa, nuevamente me encontré con un grupo de agentes, que bajaban de una patrulla. Yo le comenté que sabía de un niño al que le robaron la bicicleta, él me dijo, que sabía de un tipo al que le quitaron cien dólares la mañana de ese mismo día. Y según parece ocurrieron un par de incidentes más. También llegó un amigo que conozco desde los días de kindergarten, y él nos comentó que un grupo de marosos se habían apoderado de una casa abandonada, y que la policía intentaba localizarla, pues había bastantes denuncias que la población había hecho.


Con mis dos amigos nos fuimos a buscar a un tercero, pero resulta que “andaba tocando” con la orquesta de la Universidad, nos encontramos con un grupo de policías y parece que los vecinos estaban un poco más histéricos que después de escuchar las predicas de un pastor protestante. El punto es que nos fuimos a mi casa, y fumamos mientras veíamos una película. Ellos se marcharon pronto, y yo no me acosté tan luego, pues tenía un par de cosas para hacer. Lo que si recuerdo que hice rápido, fue programar la alarma del teléfono, pues al día siguiente debía ir al Congo.


El teléfono tiene la opción para programar una alarma de lunes a viernes ó de lunes a sábado; esa, creo que es la que dejé lista para activarse a las 5:45 A.M. Tiene también una que “suena” todos los días; supongo que la programé para las 5:30 A.M.; y hay una tercera, que se programa sólo para una ocasión, yo la dejé lista para que hiciera de las suyas a las 5:15 A.M., ¿se preguntarán con cuál me desperté?... no lo creo, pero por si acaso existe al menos uno que lo duda, lo confirmo: fue la tercera.

Me levanté, y me bañé- ojo gente de Replay- . Recuerdo que cuando el agua me caía en la cara me ardían los ojos, pero en fin, los detalles acerca de mis “hábitos de aseo personal” no son relevantes, y debido a que lavo los domingos en la madrugada, no tuve la alternativa para elegir “una mudada limpia”, pues sólo contaba en aquel momento con un pantalón que no utilicé durante la semana, pero créanme, entre la ropa que uno ya ha utilizado días atrás, siempre se logra encontrar algo semi- limpio. Y ya con mi ropa y mis tanates en la mochila, salí de mi casa y caminé hacia la parada de buses. No tuve que hacerle una larga espera para subirme al bus, y aparentemente eso fue bueno.

Luego de pagarle al motorista, él me entregó un ticket, yo busque asiento, y noté que un tipo gordo- de estatura aún más baja que la mía- me observó. Yo me senté, y como a las cinco cuadras de la parada en la que yo me subí, él me pregunto si la ruta en la que íbamos es la adecuada para ir al hospital, yo le dije que si. Luego me preguntó si en el I.V.U. hay marosos, yo le dije que un día antes hubo un operativo fuerte para capturar a unos. No me preguntó más, pues se paró y me pidió un dólar, yo le dije que iba limitado de dinero- cuando le respondí, el ya estaba a la par mía señalando hacia mi pantalón- me dijo que le entregará el teléfono, y que no hiciera ruido por que no me convenía. Yo le dije que si el quería el celular, no tenía problema alguno en entregárselo, pero, también le manifesté que el chip no se lo entregaría, pues a él no lo interesaba el chip, sino el teléfono. Me mantuve sereno, cuando apagué el aparto y saqué el bendito chip, le entregue el teléfono y él, me dijo que le hubiese dado también el mentado… yo le dije que no, pues ahí tenía apuntados algunos números de amig@s. El aceptó, pero me dijo que le mostrará la cartera, se la enseñé y el vio que sólo llevaba un dólar, también le pedí que mi hiciera el favor de dejármelo, pues yo debía ir hasta El Congo, el tipo accedió, y comenzó a filosofar, ¿Qué vale más, el teléfono o tu vida? , mi vida le respondí, y parece que esa es la respuesta que él quería escuchar, pues luego me dijo, “va, acordarte bien de eso, pues si le avisas a la policía, va, te voy a controlar y ya vas a ver.”, también me dijo que no me bajaría antes que él, así como también me advirtió que no hiciese escándalo. Pues él con sus amigos, ya tenían en la mira “a un par de vatos” que “les habían cagado el palo”, también se me mostró como un ladrón flexible y razonable , pues me dijo que sus amigos no me hubiese permitido conservar el chip ni el dólar, y que por el contrario, ellos me hubiesen quitado hasta los zapatos. Antes de bajarse, hasta me dio la mano…

Luego de que él se bajó, un señor se levantó, para sentarse a la par de sus hijas pequeñas, ellas se sentaron en el asiento que está a la par del cuál fue el escenario del robo, como un minuto después que él me asaltó. Espero, que el tipo que me asaltó no haya creído que el señor se levantó por que yo hice escándalo, pues de lo contrario quizás no sea tan razonable la próxima vez que me encuentre.

Entre otras cosas y otros asaltos, hay que observar que los asaltantes tienen artificios comunes, y no lo digo por insinuar que se preparan en una escuela en la que cursan materias como “Introducción al uso de navajas”, “Métodos de fuga”, etc. ; pero el hecho ,es que hay patrones de la conducta de estos tipos que son comunes, y me parece interesante, pues tienen un perfil similar al igual que muchos personajes de distintas novelas.

Debo reconocer que de un asalto similar, es posible que las coincidencias se deban a que probablemente fue la misma persona la que ejecutó el delito, pues le ocurrió a un amigo de acá de Santa Ana, pero también conozco casos de personas ubicadas en otros puntos del país o en otros países que han sido victimas del mismo modo de operar. En fin estoy alegre de que nada me pasó.


Mi primera vez :
http://santiagovasquez587.blogspot.com/2006/11/la-probabilidad-e-inferencia.html

jueves, agosto 09, 2007

Consejo práctico para adelgazar
– Tan pero tan...

¿Al enviar su foto satura la capacidad de almacenamiento de sus contactos?

¿Le han dicho que ni siquiera Eratóstenes es capaz de atinarle a su talla de pantalón?

No sufra más...

¡Aquí está la solución! :






Perder peso con el Photoshop - Videos Orange
Perder peso con el Photoshop - Videos Orange

domingo, agosto 05, 2007

Problema Nº 639


Una rata adulta, de unos 300 gramos de peso, necesita para morir alrededor de 30 gramos de raticida. El periódico “ABC” informa de que en Madrid fueron censadas tres millones de ratas en 1969. Calcúlese el costo de una guerra de exterminio contra las ratas madrileñas:


a) Mediante la aplicación de raticidas; y

b) Mediante la explosión de una bomba atómica.




De “La ilustre familia androide” de Álvaro Menen Desleal.