De vivir en Monarquía
Antes que nada, quiero pedirle perdón a Renato, pues por la sonrisa de varios niños, sé que él es un gran artista. Siento mucho la comparación, pero la considero necesaria.
Hace algunos días, la publicidad de un circo se hizo bastante popular en Santa Ana. No fui a éste, a pesar del clásico dos por uno de los últimos días en que estuvieron por aquí. Pero ese espectáculo, o mejor dicho la forma de promover o proyectar ese espectáculo, me marcó, pues no puedo sacarme de la mente que tiene por nombre: El Circo de Renato, Rey de los Payasos. Antes, yo solía pensar que los parlamentarios tienen presidente y otras babosadas; pero el nombre de ese circo me reveló que también tienen Rey.
Antes que nada, quiero pedirle perdón a Renato, pues por la sonrisa de varios niños, sé que él es un gran artista. Siento mucho la comparación, pero la considero necesaria.
Hace algunos días, la publicidad de un circo se hizo bastante popular en Santa Ana. No fui a éste, a pesar del clásico dos por uno de los últimos días en que estuvieron por aquí. Pero ese espectáculo, o mejor dicho la forma de promover o proyectar ese espectáculo, me marcó, pues no puedo sacarme de la mente que tiene por nombre: El Circo de Renato, Rey de los Payasos. Antes, yo solía pensar que los parlamentarios tienen presidente y otras babosadas; pero el nombre de ese circo me reveló que también tienen Rey.
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