martes, julio 31, 2012


Hasta siempre maestro

“De más está decir que la música y el arte es mi vida, yo no estoy aquí para pasar el tiempo sino porque tengo la necesidad de expresarme de la manera para la que fui educado y de la cual hice mi profesión”                                                                                                                      
               César Amaro

A muchos se les ha llamado mangoreanos por diferentes razones; a algunos por haber sido discípulos de Agustín Barrios Mangoré, a otros por haber hecho investigaciones históricas sobre su vida, a otros por haber realizado grabaciones  de trascendencia mundial de las obras del maestro. Todas estas, y muchas razones más convergieron  en una sola persona: César Amaro,  quien además tuvo la osadía de descifrar la técnica  mangoreana más allá de cómo lo ha hecho cualquiera. 

Basta ver un video de una pieza de Barrios interpretada por el maestro Amaro, y luego apreciar la misma pieza con otro guitarrista para darse cuenta sobre la gran variedad de pulsaciones que el maestro César usa a diferencia de otros grandes intérpretes.  Es por eso, que si uno escucha una grabación de Mangoré y una de César Amaro encuentra convergencia en la técnica y manera de interpretar de ambos a pesar de las deficiencias por la calidad de sonido con la que grabó Barrios.

Hay intérpretes de Mangoré que han logrado hacer grabaciones que en términos tecnológicos son superiores a las del maestro César, pero son interpretaciones que carecen de la religiosidad y profundidad metafísica que es necesaria para interpretar a Barrios. Esa religiosidad y profundidad es lo que diferencia a una interpretación mangoreana de una ejecución corriente, y en las manos de don César Amaro esa utopía se hacía realidad.

César Amaro,  fue sobrino  y discípulo de Abel Carlevaro; guitarrista visionario  e investigador científico sobre la técnica y estructura del instrumento. Ambos fueron mangoreanos, y forman parte de los latinoamericanos que más aportes han hecho a la guitarra académica a nivel mundial. 

Los que hemos tenido la oportunidad de conocer a personas que aprendieron la técnica mangoreana por sucesión discipular, sabemos que las interpretaciones de don César no solo están en común unión con las grabaciones del Inalcanzable, sino que también sabemos que mantienen la esencia que se esconde más allá de los seis rayos de plata, y más allá de las cinco líneas del pentagrama. 

Este 31 de julio de 2012, César Amaro ha cerrado los ojos, y nos ha hecho herederos de un legado y una vida dedicada a la guitarra con la pasión, altura y humildad que solo puede ser propia de un discípulo y apóstol. Cristo, tuvo a Pablo; Mangoré a don César y para entender a Cristo hay que leer a Pablo así como para entender a Mangoré hay que escuchar al maestro Amaro.

Hasta siempre don César; un abrazo hasta el misterio de la noche.

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