miércoles, junio 15, 2011

DE LA EDAD MEDIA, LOS AJOS Y LA TORMENTA

Soy adicto a la leche con ajo para la gripe, para la debilidad muscular, para síntomas de nada y síntomas de todo. Nunca me ha molestado el olor, me parece agradable y es efectiva aunque me pone algo hiperactivo a pesar que no dejo de sentirme un poco apagado. Ahora la sentí muy rica y eso que cuando la tomé ya no estaba tan caliente. Después de habérmela acabado parecía que no había tomado leche con ajo-mentiría si no digo que me bajó la fiebre-; pero parecía que estaba en un lugar en el que pelaban cebollas, y no sentía olor a cebollas, pero los ojos son los ojos y lás lágrimas no se evitan ni al arrancarlos.

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