martes, octubre 24, 2017

La transfiguración: de publicista a político


Nayib Bukele llegó a la política buscando clientes. Su primer acercamiento formal al FMLN fue en 1999 para manejar la cuenta publicitaria del entonces partido de oposición. Si  logró que le confiaran la responsabilidad de esa cuenta fue más por influencias que por mérito propio, su padre aprovechó su cercanía con los líderes del partido de izquierda para que confiaran en Nayib. Sin duda,  manejando esa cuenta  fue todo un éxito y por la calidad del trabajo publicitario que realizó, fue sumando resultados que lo han venido llevando cada vez más lejos. El excelente trabajo publicitario de Nayib es una cualidad familiar pues  OBERMET S. A. de C. V.  está vinculada a la familia Bukele ya suma más de $32,442,283.85 en contratos adjudicados por el gobierno entre 2009 y 2016. De esa empresa Nayib fue presidente más de una década. Tan bién la administró que ha sido capaz de generarle ganancias aun cuando yo no está al frente de la misma.

Hay que prestar atención a esas cifras. No creo que sea casualidad, pero los primeros indicios de corrupción de Mauricio Funes aparecieron por el año 2009 cuando salieron a la luz  unos contratos otorgados a Polistepeque. Por aquella época los seguidores del Frente y Funes al unísono decían que todo era un plan orquestado por la derecha cada vez que se hacía público cualquier escándalo. Me preocupa que de nuevo se está repitiendo-y con creces- la misma situación. Nuestra historia cuenta con una lista muy larga de funcionarios y familiares  de funcionarios que se han lucrado del Estado. Esa es una tradición que deber ser erradicada y no maquillada entre las Nuevas Ideas.

La popularidad de Bukele es gracias a que ha sabido manejarse y posicionarse como un producto, esto es muy útil ante un padrón donde las personas se comportan como compradores que van al mercado y no como ciudadanos que deciden el futuro de un país. Ese fenómeno no es propio de  nuestro país, es tendencia mundial. Un político nocivo  para la sociedad ganará cualquier contienda electoral si  se  posiciona como un buen producto porque los electores responden a estímulos publicitarios debido a que en nuestra época estamos más habituados a consumir que a elegir.  La publicidad y la propaganda se definen de manera distintas, una promueve productos y las otra ideas pero nadie niega que pueden trabajar por un mismo fin.

Desde que Bukele era candidato a la alcaldía de Nuevo Cuscatlán combinó bien la publicidad y propaganda, sus comerciales quizás eran los mejor elaborados y tuvo una cobertura como que compitiera a nivel nacional porque desde entonces comenzó a repetir la idea que era alguien diferente. Tomó notoriedad porque nunca antes se invirtió tanto en publicidad para competir por Nuevo Cuscatlán como lo hicieron con él, pero claro, su objetivo era ganar la alcaldía, pero ya en aquel momento, su fin era posicionarse a nivel nacional frente a los que más tarde podrían ser sus consumidores, clientes o electores.

Bukele ha demostrado que es un publicista de trabajo respetable y un político de ideas llenas de pasado. Él es parte de esa larga tradición de mercaderes  que saben utilizar el cargo, estructura y presupuesto público  para fines personales. Para potenciar  la imagen que le permitió ganar las elecciones municipales de San Salvador endeudó  previamente a Nuevo Cuscatlán. No es difícil darse cuenta que la gestión en ese pequeño pueblo tuvo resultados positivos para Bukele a pesar que la alcaldía quedó con saldo en rojo. En esto de obtener beneficios personales a través de las comunicaciones oficiales, Bukele todavía se queda pequeño a la par de Tony Saca, pero claro, la práctica supera al maestro y con Bukele rodeado por hombres de confianza y mercenarios que antes sirvieron a Saca, no hay duda y no sorprende  que quienes promueven desde arriba las "Nuevas Ideas" tienen fe  que "Lo mejor está por venir" de nuevo.

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