Recuerdos. Gracias a YouTube y a un grillo.
En definitiva, todos tenemos buenos recuerdos hasta de las etapas más crueles de nuestra vida; no pretendo que piensen que mi infancia fue horrible, pues fue bella. Pero, lo cierto es que siempre existen escenas que uno olvida durante algún tiempo. Y si constantemente evoco momentos tristes de las etapas feas, ¿por qué no recordar momentos lindos de las bellas? Creo que en los últimos quince años nunca había pensado en la canción que mi madre me cantaba antes de dormir, y no fue precisamente por estar en el mes de mayo que lo recordé; sino más bien gracias a YouTube.
Los Tres Cochinitos
En verdad me sentí feliz, y me vine a un Cyber , para seguir con este lindo grillito. Quisiera recordar cuales son los cuentos que mi madre me leía, pero no puedo. Así que hablaré con ella, para ver que me dice. Si recuerdo
El Raton Vaquero
De El Raton Vaquero puedo recordar que lo interprete en una coreografía en el Kinder. Y aunque si tengo fotos disfrazado de vaquero, no fue precisamente por ese evento; sino por una fogata en la que participe cuando fui miembro de Los Castores.
La Marcha de las Vocales
Seguí viendo los videos, y encontré
P.D.
Los tres Cochinitos era más bella cuando la cantaba mi madre.
3 comentarios:
Indudablemente las canciones de cri cri, son màs bellas cuando las cantan las mamàs..
Sabes por mi trabajo con los chicos he seguido muy cerca de esas canciones y me gustan màs que las nuevas canciones disque infantiles.
Hace ya varios días, conocí (escuche) una tipa bastante buena. Pero no recuerdo el nombre, creo que luego le preguntaré a Krisma, el nombre de esa arista. Pues la verdad yo creo que la propuesta que ella tiene vale la pena. Sin embargo, Cri Crí es lo máximo, y en verdad me alegra que en tu labor docente te auxilies de los temas del Grillito Cantor; pues la verdad, es que tanto las letras como la música están bien estructuradas. Aparte que tienen un carácter lúdico-pedagógico que es una excelente herramienta para actividades en el aula.
Quienno hayan ido a las típicas piñatas, con Cri cri y Cepillín, lo mejor era la horchata y la bolsita con sorpresa que daban al terminar la fiesta, el pleito era agarrar la pata de la piñata para ahí meter los dulces. Tiempos aquellos en que no existía el mal ni el bien (bueno para nosotros como niños de ese entonces), entre otras cosas tampoco existía la Casa del Escritor, ni los blogs. Bueno ese es cuento aparte.
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