ENTRE LOS GASTOS DE CAMPAÑA Y LAS NECESIDADES DE LOS ESTUDIANTES Es una caricatura de amor cuando se quiere apañar con limosnas lo que ya se debe por justicia. Romero Los políticos se muestren más interesados no en ser servidores públicos; sino, en realizar acciones para servirse de las mismas. Lograr protagonismo es el fin, y no servir a la comunidad que durante la campaña tanto dicen que les importa. Resulta, que un político, se tomó la molestia de ir a un pueblo muy pequeño a repartir útiles escolares, acción que me parece admirable, pues la lista escolar tiene un costo muy significativo para el bolsillo de las familias de bajos ingresos. Y no fueron sólo cuadernos (con tres colores en la portada) los que entregó, sino también zapatos. En las declaraciones que ese señor dio a la prensa, dijo que la idea de entregar cuadernos y zapatos, la concretizó por que tiene un verdadero interés en la educación. Lamentablemente, no todos los años hay proceso de elección interna en los partidos-y no todos los partidos cuentan con dicho proceso-; pero nadie puede negar que año con año los niños tienen las mismas necesidades para someterse al proceso educativo, y resulta también innegable, que hay familias sin capacidad económica para sustentar dichas necesidades. A pesar que en El Salvador siempre es tiempo de campaña, ignoro si año con año los candidatos o precandidatos se acercan a las familias para ayudarlas. Sé que no se le puede exigir a la clase política que- cada enero- salga a cantones y comunidades a entregar cuadernos y libros, pero no se puede ignorar que las dificultades que atraviesan las familias no son solamente producto de motivos particulares, sino que también son manifestaciones de la situación económica del país. Sé que las portadas de los cuadernos no tienen mayor trascendencia, y creo que lo más importante son las páginas en blanco; pero, me parece ridículo que a los cuadernos les estampen banderas con fines propagandísticos, pues las dificultades que las familias tienen para adquirir los útiles escolares, son sólo el reflejo de algunos de los problemas en contra de los cuales nada hacen los funcionarios que se cubren con la simbología de las diferentes “máquinas electorales”. Desconozco el gasto que los políticos y partidos realizan en papel para afiches, panfletos, calendarios, plataformas o programas de gobierno. Pero según me parece, al reducir esos gastos, quedaría dinero para invertirlo en la compra de cuadernos, cartulina, libros, etc. Así como también estoy seguro, que parte del dinero que gastan en los dichosos campos pagados, podría invertirse en crear infraestructura, o podría usarse para dar mantenimiento a la que ya existe. O inclusive, cada uno de esos dólares al administrarse con visión de país y no de partido, podría servir para ampliar o crear programas de becas. Y al no gastar tanto en banderas, posiblemente hasta podrían comprar tela o uniformes, o accesorios para facilitarles a los estudiantes la práctica deportiva. Pero, como todavía creemos que es trascendental la presencia de una estrella ó una cruz en una bandera, e irrelevante el hecho de facilitar herramientas básicas a los alumnos, las cosas seguirán tal como están. Es claro, que la mayoría de problemas educativos no son por la falta de cuadernos y libros, sino por las deficiencias de los docentes, por la pasividad de los padres de familia, y por las pocas aspiraciones de los alumnos. Pero igual, no se puede negar lo indignante que resultan algunas actitudes electorales, y sobre todo, cuando éstas hacen que se desperdicien fondos que podrían utilizarse para contribuir al proceso enseñanza-aprendizaje.