viernes, enero 13, 2012

Hace once años hubo un terremoto, recuerdo que para esos días ya dormía abrazando una almohada. Tenía como seis semanas de tener miedo. Tenía unas seis semanas de dormir abrazando una almohada. 

Cuando comenzó a temblar estaba a punto de abrir la puerta de la sala de mi casa, y mi primera reacción fue correr hacia la casa en la que había estado antes de regresar a la mía. La casa en la que estaba antes del terremoto es la casa en la crecí, la casa en la que mi abuela me crió, la casa en la que mi abuela había muerto unas seis semanas antes del terremoto.

Como seis semanas antes del terremoto, había corrido para auxiliar a mis ojos grises; la llevamos al médico pero no hubo nada que pudiera evitar que se fuera del todo.

Cuando comenzó a temblar, mi primera reacción fue correr hacia la casa en la que había estado antes de regresar a la mía. Regresé pues en esa casa sólo había una mujer con dos bebes, y volví para ayudarle en quien sabe qué. Ella y los que en ese entonces eran bebes, son la sangre de la sangre que hace como once años y seis semanas cerró sus ojos grises. 

Hace once años hubo un terremoto, y la verdad es que los números de este día no significan nada. Me duelen las seis semanas antes; aún duermo abrazando la almohada y no recuerdo cuando fue la última vez que soñé con mis ojos grises.

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