miércoles, junio 27, 2007

Uno Plagia

Esta mañana, fue aburrida; aunque no tanto como será la noche. Lo único interesante, fue ir a San Salvador. Estuve en un centro comercial que no recuerdo el nombre. Pero lo cierto, es que compré bastante pollo empanizado y caminé desnudo hacia una tienda de mascotas mientras me flagelaba la espalada con una cadena. A cada mordida, un golpe con la cadena; a cada paso, una sonrisa de algún hijo de puta (ó hija de puta) ó algún puto***
Lo importante es que cuando llegué a la tienda de mascotas, lancé contra la vitrina -tras la que estaban unos topos comentando que al gato no lo invitaron a la fiesta de cumpleaños del ratón- lo que aún quedaba de pollo.

Creo que mañana saldrá alguna nota-sobre mi hazaña- en todos los periódicos; y lo que me hace sentir feliz es que ya empecé a purgar la pena de comer mayonesa y otros productos que contienen huevo. En fin, mi propósito era lograr que al menos dos personas se hicieran vegetarianas. Pero lo único que conseguí, es aclararle el panorama sexual a una niña de trece años. Resulta que ella no estaba segura si le atraían los niños o las niñas; pero cuando me vio desnudo, se convenció que a ella le gustan las niñas.









***no estoy excluyendo a las lesbianas. Sólo que no encontré la manera de numerarlas.

1 comentario:

Ernesto Bautista dijo...

Tas choyado Tiago.